miércoles, 2 de noviembre de 2011

Con X de ex.

No hay nada como despertarse una mañana y decidir espiar a un ex vía redes sociales. Es una experiencia extasiante, explosiva, exquisita… sobre todo cuando descubres que tiene oooootra nueva relación. Es una especie de prueba macabra y masoquista que te haces a ti mismo para demostrarte que esa persona es agua pasada. Y la mayoría de las veces acabas aguado en lágrimas, pero bueno, es casi inevitable echar un vistazo esporádico para cotorrear.

Menos mal que ya estoy un poco de vuelta y he tenido tiempo para rehacerme sentimentalmente, deshacerme y volverme a hacer… lo he visto, he cerrado esa pestaña, he apagado el ordenador y me he ido a mercadona a comprar cacahuetes. Es lo que tiene estar ya curtido en según qué asuntos… que al final terminas solucionando tus problemas sentimentales con frutos secos… o no tan secos, oye!

Así pues, en un rato mandaré un mensajito a mi nuevo objetivo para quedar esta noche. Lo mismo no son cacahuetes lo único que engullo en el día de hoy! :D

domingo, 3 de julio de 2011

Sin pelos en la lengua…

…Ni en ningún otro sitio. Acabo de enfrentarme a mi primera vez con las bandas de cera fría. Y se me han ocurrido mil cosas que decir en cuanto a ellas, casi todas malas.

Para empezar…. ¿Quién ha estipulado formalmente que una pierna no es bonita si tiene bello? Nos lo han metido en la cabeza a base de modelazos marcadísimos en todos los anuncios relacionados con productos de este tipo. La primera decepción viene cuando te plantas frente al espejo, paquete de bandas en mano y ligerito de ropa, y te das cuenta de que, aunque te pongas todas las tiras juntas en la barriguita, los abdominales del chico del envoltorio no van a salir de debajo del bello. Una vez aceptado este hecho pasas a abrir el paquete y percibir ese olor extraño, entre aftersun y matarratas. Completamente desconcertado, te vas al envoltorio otra vez para corroborar que no te has equivocado de producto. Efectivamente, son bandas depilatorias. Habrá que jugársela.

Total… que te lees las (mini) instrucciones que acompañan al paquete, en las que te indican claramente cómo tienes que colocar las bandas para que el resultado sea óptimo. Ya estás decidido, así que colocas la primera banda en tu pierna. Estas perdido. Apretujas bien la cera contra la pierna, sin ser consciente todavía de lo que estás haciendo… y tiras.

Ha sido después de experimentar el primer tirón cuando he decidido que escribiría una entrada sobre el tema. Porque, chicos y chicas del mundo, ya tenemos bastante con tener que sacarnos la carrera, encontrar trabjao y lidiar diariamente con personajes lúgubres y tenebrosos de todo tipo en él, reconstruir nuestro corazoncito cada vez que viene algún ente y se lo carga en mil pedazos… y mil cosas más, como para encima hacernos polvo la piel con unas puñeteras banditas de cera!!! Ha sido terrible… y claro, el resultado son dos lagrimones correteando por la mejilla y un hueco rectangular completamente calvo en la parte delantera de la pierna. No queda más remedio que terminar lo que has empezado, ya no hay otra salida. Así que te armas de valor y empiezas a pegar tirones indiscriminados por la pierna. Yo me he rendido en la rodilla, ahí ya he tirado las bandas y he vuelto a coger mi maquinilla. Bendita sea!

Pero la cera no se queda en el último tirón. Ahora mismo tengo las piernas completamente pegajosas, porque claro, el paquetito de dos euros jamás incluiría unas toallitas de aceite natural o algo para quitar los restos de cera… en cuando acabe de escribir me voy a la cocina a coger por banda el aceite de girasol.

En definitiva… a las chicas: ellos ya no buscan una princesita en apuros, buscan a alguien que les haga la vida más fácil… no os compliquéis con tanta cera y esperad a tener dinero para la depilación láser. A los chicos: Ellas buscan a ese sapo con pelo perdido en un mar de sapos calvos… probablemente se cansarán de vosotros también, pero al menos habrá más posibilidad de acercamiento sí dejáis vuestro bello en su sitio.


martes, 28 de junio de 2011

Entre los libros

Creo que paso demasiadas horas en la biblioteca últimamente. Se conoce que he sido un chico malo durante este último cuatrimestre, y ahora estoy pagando las consecuencias de mis bandazos, mis desmarques (estaba empezando a dejarme llevar por el síndrome de Willy Fog, a nivel nacional), mis salidas, mis entradas y mis momentos de… “Hoy ya es muy tarde, un ratito de facebook y a la cama. Ya mañana…” con 5 líneas de puntos suspensivos.

La historia es que 9 horas diarias de biblioteca dan para mucho. Para empezar, después de una semana ya empiezas a conocerte a los adictos a las libreras, incluso con algunos empiezas a saludarte cuando te los cruzas (lo típico de “noches de borrachera que unen más que años de relación” pero aplicado al estudio). A las dos semanas puedes llegar a saber cuándo alguien tiene examen al día siguiente con sólo mirarlo a la cara. Esos ojos desencajados, ese pelo excesivamente desordenado, esa media sonrisa de “estoy a punto de matar a alguien”… no hay duda, mañana tiene examen. Y si encima percibes ese estado más tarde de las 11 de la noche, puedes afirmar sin lugar a dudas que no se ha estudiado ni la mitad del temario.

Pero si llegas a ese nivel cuando llevas unas semanas, al mes y medio alcanzas un nivel extrasensorial de conocimiento del estado anímico de cualquier humano universitario medio. Sabes quién está pensando en su vida, quién está allí de acompañante, quién ha ido a ligar, quién está a punto de recoger las cosas y salir por patas con cara de dignidad… y lo más importante, eres completamente capaz de percibir a tu alrededor cuándo alguien está a punto de soltar el típico… “¿un descansito?” sin ni siquiera mirar a la persona. Es algo que se palpa en el ambiente, y todos estamos obligados por un compromiso ancestral nunca escrito a cumplir con nuestro amigo y decir “¡si, por favor!” a pesar de que hayamos estado toda la tarde sin hacer nada y 3 minutos antes del momento nos haya soplado la musa y hayamos encontrado la concentración suficiente para dejar de mirar a nuestro amor de biblioteca y centrarnos en los apuntes, esos que llevan todo el tiempo mofándose de nuestra cara de encoñor.

Y es que no sé lo que tendrá la biblioteca, que es atravesar esas puertas y automáticamente todos tiramos el listón por los suelos y nos embobamos con el o la primera que pasa. En menos de 5 minutos eres capaz de enamorarte, confeccionar perfectamente la vida ideal con el afortunado/a, darte cuenta de que pasa de ti, desenamorarte y fijarte en otro/otra. Es maravilloso.

Así, entre enamoramientos, marcajes, descansos, reflexiones filosóficas y estudio (del comportamiento humano, por supuesto), de repente miras la hora y… plafff! ¿dónde se han metido las 4 horas en las que me pensaba terminar este capítulo?... entre unas cosas y otras terminas pasando en la biblioteca 3 horas más de las que tenías planteadas. Y tú, tan feliz, en vez de centrarte, te pones a buscar al nuevo amor de tu vida, o te bajas un ratito a tomarte un café de máquina, de esos que saben a cartón-piedra.

En fin… todo sea por aprobar lo suficiente para ser becarios el año que viene!


lunes, 27 de junio de 2011

Cierto lunes por la mañana...

Bueeeeno... pues tras media vida filosofando y una año y medio publicando mis fantásticas ralladas mentales en mi otro blog... Por fín, aleluya!! me he cansado de analizar minuciosamente cada instante de mi vida!! xDD

Y es que estaba empezando a profundizar tanto en mi sublime capacidad para volverme loco, que si llego a seguir un mes más en ese plan (y más con este bochorno!) habría tenido que irme derechito al psicólogo y hacérmelo mirar, con el consecuente drama familiar que se habría montado... me da repelus hasta imaginarlo! (Por poco denuncian a media comunidad médica cuando me recetaron un antidepresivo en dosis ínfimas para paliar mis cefaleas... son geniales, jajaja).

En fin, la cosa es que me he propuesto abrir este blog y dedicarlo a banalizar los pormenores de mi día a día, dar un toque cómico a mis reflexiones y criticar Todo lo criticable :). Igual en dos semanas lo cierro y vuelvo a trepar por las ramas hasta retomar la vida del pensador contemporáneo, pero de momento me apetece hacer algo distinto y un poco más mío (a fin de cuentas, mi vida es bastante más cómica que filosófica).

Asi que nada, a volar, espero dar noticias lo más pronto posible! besines!!!